Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán. (Proverbios 3:1-2)
Si usted alguna vez se ha perdido en un bosque, conoce la preocupación, la confusión y el pánico que causa esta situación. Piense ahora en la diferencia que habría hecho el saber que tenía una brújula.
Hablando espiritualmente, tenemos esa brújula: la Palabra de Dios. Pero no nos ayuda en nada a menos que dejemos que ella nos guíe. Algunas veces, no seguimos su dirección por…
1. La negligencia. A veces estamos tan ocupados en las cosas de la vida, que olvidamos mirar la brújula de Dios para asegurarnos de que vamos en la dirección correcta.
2. El orgullo. A menudo, queremos determinar nuestro destino. Pero al confiar en nuestras fuerzas, habilidades e inteligencia, planeamos nuestra propia ruta.
3. Las distracciones. La senda de la obediencia a Dios no es fácil. De hecho, a veces puede ser muy difícil. Satanás ofrece otros caminos que prometen placer y comodidad si ignoramos la brújula y le seguimos. Aunque estos caminos parecen agradables al comienzo, llevan a la desilusión y al engaño.
4. Las dificultades. Siempre que aparecen obstáculos en el camino, nuestra tendencia natural es tratar de evadirlos. Pero al no usar la brújula de Dios y extraviar el camino, perdemos las bendiciones que Él quiere darnos en los terrenos escabrosos: una fe fuerte y un carácter santo.
¿Por qué deambular si la brújula del Señor está disponible? Deje que la Biblia sea su guía en el camino de la vida. Dios promete darle días productivos y años fructíferos si sigue su camino. Él dirigirá cada paso de su senda, y su paz le sostendrá, aun en tiempos de dificultad.
Oración:
Señor, que la brújula de tu Palabra me dirija siempre por senderos de bendición y en los caminos que desconozca me de la sabiduría para encontrarte. Amén.
Estudio Bíblico
Proverbios 3 ofrece consejos sobre cómo vivir sabiamente y en armonía con la ley divina. Insta a confiar en Dios por encima de la propia inteligencia y a valorar la sabiduría y la prudencia, prometiendo salud y prosperidad como recompensa. Enfatiza la importancia de la lealtad y la bondad, la justa distribución de la riqueza y el pago puntual de las deudas. Además, aconseja no temer al mal y mantener una relación pacífica con los vecinos.
Referencias cruzadas:
Salmos 34:11-19
11 Venid, hijos, oidme; El temor de Jehová os enseñaré. 12
¿Quién es el hombre que desea vida, Que codicia días para ver bien? 13 Guarda
tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño. 14 Apártate del mal, y haz el
bien; Busca la paz, y síguela. 15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y
atentos sus oídos al clamor de ellos. 16 La ira de Jehová contra los que mal
hacen, Para cortar de la tierra la memoria de ellos. 17 Clamaron los justos, y
Jehová oyó, Y librólos de todas sus angustias. 18 Cercano está Jehová á los
quebrantados de corazón; Y salvará á los contritos de espíritu. 19 Muchos son
los males del justo; Mas de todos ellos lo librará Jehová. 20 El guarda todos
sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
Efesios 6:2-3:
«Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.»
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