"Llamada a la movilización pacífica de todo el pueblo evangélico en Cataluña para celebrar nuestra fe y reivindicar nuestros derechos". Esta es el lema de la concentración que ha convocado la Plataforma para la Defensa de los Derechos de los Protestantes el próximo sábado 5 de noviembre a las 5 p.men la Plaza de los Països Catalans de Barcelona.
La convocatoria se formula "ante la continua amenaza que sufrimos, incluso en democracia, de falta real de Libertad Religiosa". Una situación que, según los convocantes, supone "la limitación efectiva de la Libertad de Culto" y que focalizan en la propuesta de reforma de la Ley de Centros de Culto promovida por el Gobierno de la Generalitat de Cataluña "que puede empeorar aún más nuestra situación actual ".
La concentración cuenta con el apoyo del Consell Evangèlic de Catalunya -el organismo que desde hace 30 años agrupa a las Iglesias protestantes de Cataluña-, de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede) y también de más 240 pastores, pastoras y líderes evangélicos catalanes.
El secretario general del Consejo Evangélico, Guillermo Correa , ve necesaria esta manifestación y critica las "arbitrariedades" que supone dar a los alcaldes plena capacidad para regular los lugares de culto de los municipios.
"La libertad religiosa no goza de buena salud, está enferma", asegura Correa, que pone de manifiesto su malestar ante los alcaldes reacios a que en sus ayuntamientos se puedan instalar centros de culto no católicos. Correa lamenta que los locales de culto de las minorías religiosas deban cumplir condiciones de seguridad, higiene y accesibilidad para ser locales de pública concurrencia, que en cambio no se piden a sedes de partidos, asociaciones de vecinos, lugares de culto católicos y sindicatos.
Dentro de la pluralidad de las denominaciones protestantes, el pastor evangélico Ignacio Simal, director de Lupa Protestante , indica que a los protestantes "no les faltan razones para protestar por la subjetividad" en la aplicación de las leyes, ya que las trabas que ponen muchos ayuntamientos catalanes y españoles a las iglesias evangélicas en relación a los lugares de culto son "un atentado" contra la libertad religiosa.
Sin embargo, Simal se pregunta si el único camino que existe "es convocar una manifestación en defensa de las libertades en un contexto socioeconómico extremadamente crítico y preelectoral". "¿No existen otras vías? ¿Se acabaron todas?", dice Simal, que a pesar de respetar la manifestación, indica que no tiene intención de asistir. Así se han expresado otros representantes de la Iglesia Iglesia Evangélica de Cataluña.
La concentración es la primera de estas características que se convoca en Barcelona, focalizada en los derechos de una comunidad religiosa. Este miércoles habrá un encuentro entre el Consejo Evangélico y la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, donde el órgano pondrá sobre la mesa una "propuesta concreta con la voluntad de mejorar el actual Anteproyecto" de reforma de Ley de Centros de Culto.
David Casals / Jordi Llisterri
El Ayuntamiento de Barcelona ordena el cierre de una iglesia horas antes de la concentración protestante convocada para hoy
Más leña al fuego. Por más que la corrección política excluya de manera expresa y categórica cualquier tentación del poder político de echar más leña al fuego desde las instituciones en casos de conflicto, el Ayuntamiento de Barcelona viene a hacer trizas clamorosamente de esa norma universal al haber dado a una conocida iglesia evangélica de la ciudad 48 horas para que cese su actividad, según informa una noticia de ultima hora deActualidad Evangélica.
La orden de cierre fue notificada el pasado miércoles 2 de noviembre, con lo que la ejecución tendría que haber sido realizada ayer viernes 4, justo la víspera la convocatoria de las iglesias evangélicas de Cataluña de una concentración de protesta ante la "creciente discriminación que la comunidad protestante está viviendo, y el terrible cambio de paradigma en la libertad religiosa y de culto que se vislumbra con la aprobación a trámite del anteproyecto de modificación de la presente ley de lugares de culto".La concentración, convocada para esta tarde a las 17 horas en la Plaza de los Països Catalans, frente a la Estación de Sants, fue decidida el pasado 8 de octubre en una reciente jornada de reflexión de las iglesias evangélicas de Cataluña por 240 pastores y pastoras y líderes protestantes de las cuatro demarcaciones catalanas y cuenta con el respaldo expreso de Guillem Correa, secretario general del Consejo Evangélico de Cataluña (CEC);
Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la Federación Protestante de España (FEREDE); Benjamín Planes, presidente del CEC;
Daniel Rodríguez, presidente de la FEREDE; Pablo Simarro, responsable de los Servicios Jurídicos del CEC y de la FEREDE; y otras treinta personalidades protestantes de Cataluña.
La iglesia expedientada e instada a cesar su actividad es la Iglesia Cristiana Evangélica de Hermanos, de la calle Génova, en Barcelona, inscrita en el Registro de Entidades Religiosas en 1985. La intervención del Ayuntamiento se produce por la denuncia de un vecino que se queja de los ruidos que, en su opinión, se producen en el local. Pero el Ayuntamiento va más allá al basar la orden de cierre no en una comprobación acústica sino en el hecho de que la iglesia carezca de licencia de actividad, tal como exige la Ley de Cultos catalana 16/2009, de 22 de julio.
FEREDE ya ha presentado un recurso de alzada, alegando, entre otros argumentos, que no procede la aplicación de la polémica ley contra los lugares de culto –no católicos–, “por no tratarse de una actividad que provoque impacto ambiental que pueda afectar al medio ambiente, la seguridad y la salud de las personas, por lo que se considera injustificado el cese de la actividad y la imposición de multas coercitivas”.
Así las cosas, la leña al fuego bien puede tornar en piedras contra el tejado de corporaciones locales que, como la de Barcelona, traen al recuerdo la intolerancia contra los protestantes de la larga noche de piedra de la nacionalcatólica España de Franco. Vivir para ver: reminiscencias de delirios de cruzada –eso sí, jurídicamente fundamentados en leyes discriminatorias– en pleno arranque de la campaña electoral.