Mateo
24 -Biblia Reina Valera 1602 -
24
Y salido Jesús, íbase del templo; y se llegaron sus discípulos, para mostrarle
los edificios del templo.
2
Y respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? de cierto os digo, que no será
dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruída.
3
Y sentándose él en el monte de las Olivas, se llegaron á él los discípulos
aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu
venida, y del fin del mundo?
4
Y respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
5
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y á muchos
engañarán.
6
Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque es
menester que todo esto acontezca; más aún no es el fin.
7
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá
pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares.
8
Y todas estas cosas, principio de dolores.
9
Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos
de todas las gentes por causa de mi nombre.
10
Y muchos entonces serán escandalizados; y se entregarán unos á otros, y unos á
otros se aborrecerán.
11
Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán á muchos.
12
Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará.
13
Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
14
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á
todos los Gentiles; y entonces vendrá el fin.
15
Por tanto, cuando viereis la abominación del asolamiento, que fué dicha por
Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda),
16
Entonces los que están en Judea, huyan á los montes;
17
Y el que sobre el terrado, no descienda á tomar algo de su casa;
18
Y el que en el campo, no vuelva atrás á tomar sus vestidos.
19
Mas ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días!
20
Orad, pues, que vuestra huída no sea en invierno ni en sábado;
21
Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fué desde el principio del
mundo hasta ahora, ni será.
22
Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por
causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
23
Entonces, si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, ó allí, no creáis.
24
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes
y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun á los escogidos.
25
He aquí os lo he dicho antes.
26
Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está; no salgáis: He aquí en las
cámaras; no creáis.
27
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente,
así será también la venida del Hijo del hombre.
28
Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las
águilas.
29
Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la
luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los
cielos serán conmovidas.
30
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá
sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.
31
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los
cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.
32
De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas
brotan, sabéis que el verano está cerca.
33
Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano,
á las puertas.
34
De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no
acontezcan.
35
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
36
Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi
Padre solo.
37
Mas como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.
38
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca,
39
Y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó á todos, así será también la
venida del Hijo del hombre.
40
Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado:
41
Dos mujeres moliendo á un molinillo; la una será tomada, y la otra será dejada.
42
Velad pues, porque no sabéis á qué hora ha de venir vuestro Señor.
43
Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese á cuál vela el ladrón
había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
44
Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de
venir á la hora que no pensáis.
45
¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su
familia para que les dé alimento á tiempo?
46
Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le hallare
haciendo así.
47
De cierto os digo, que sobre todos sus bienes le pondrá.
48
Y si aquel siervo malo dijere en su corazón Mi señor se tarda en venir:
49
Y comenzare á herir á sus consiervos, y aun á comer y á beber con los
borrachos;
50
Vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y á la hora que no
sabe,
51
Y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el
lloro y el crujir de dientes.