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3.04.2016

Con Dios, nada es Imposible

 ¡Los científicos dicen que no puede ocurrir! 
¡Es imposible!
La teoría de la aerodinámica es muy clara. Los abejorros no pueden volar. Se debe a que el tamaño, el peso y la forma del cuerpo del abejorro no está en relación al tamaño de sus alas, lo que, aerodinámica mente hace imposible que pueda volar.
El abejorro es demasiado pesado, ancho y largo para volar con alas tan pequeñas.
Sin embargo, el abejorro sabe todas esas proporciones y datos científicos y vuela.
Dios creó al abejorro y le enseñó a volar. Obviamente que el abejorro no le preguntó a Dios sobre el problema de la aerodinámica.


Él, simplemente, voló. Tampoco le preguntó a Dios si sabía lo que estaba haciendo.  Él, simplemente, voló.  No se preguntó si Dios lo amaba, al darle esas alas tan pequeñas.  Él, simplemente, voló.
Cuando Dios nos creó nos equipó para la vida que tenemos
por delante.  Dios sabe los planes que tiene para nuestra vida.
Como nos ama, nos prometió estar con nosotros, enseñarnos, guiarnos, ser nuestra roca.  Todo lo que tenemos que hacer es confiar y obedecer.
Dios no está limitado por nuestra comprensión de cómo suceden las cosas. Sólo porque no vemos algo, no significa que no sea real.
La fe es, verdaderamente, la sustancia de las cosas que no se ven.  A veces, la vida es inexplicable y sucede lo imposible.
No siempre podemos explicar las cosas.
Y el hecho de que no entendamos cómo se hace algo, no significa que el Dios Todo poderoso no pueda hacerlo.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.  Filipenses 4:13

(De Renuevo)

2.29.2016

Los escorpiones...

El escorpión o alacrán posee un  aguijón al final de la cola y su naturaleza es enterrar la ponzoña venenosa  en su víctima.  Cuando este se siente acorralado y no encuentra salida, el mismo, aunque usted no lo crea, se mata enterrándose el aguijón en medio de su espalda. Se dice que los escorpiones se suicidan cuando son rodeados por el fuego, realizan esta práctica al sentirse atacados por un enemigo incontenible. Escorpiones hallados luego de un incendio dan la impresión de haberse suicidado por tener su aguijón clavado sobre su propio cuerpo. 
De ser así, Los escorpiones, son los únicos animales exceptuando a los humanos que se suicidan, lo hacen una vez que no pueden escapar de una situación de peligro, muy rara vez los mata otro animal. Siempre son ellos los que terminan con su propia vida.

Existe un relato, trata acerca de una niña que intentaba porfiadamente  rescatar a un escorpión de ahogarse en un estanque. Cada vez que la jovencita lo llegaba a sacar del agua, el escorpión, intentaba picarla y la niña tenía que volverlo a soltar. Lo intentó varias veces. Al  observarla,  su padre le dijo: “¿Nena tú no te das cuenta que la naturaleza del  escorpión es picar?” y  ella contestó: “Si papá, pero mi naturaleza es salvar.” La niña respondía a su naturaleza de buena voluntad; tal y como invoca el mandamiento:
8 Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos. 7 No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo segaremos, si no hubiéremos desmayado. 10 Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien á todos, y mayormente a los domésticos de la fe
(Gálatas 6:8,10)

Los  “escorpiones”  contaminan a los que inoculan su toxina,  y  en algún momento terminan envenenados por su propia toxina.
4 Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento. 5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza: seguridad mía desde mi juventud.
6 Por ti he sido sustentado desde el vientre: de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacaste: de ti será siempre mi alabanza.  7 Como prodigio he sido á muchos; y tú mi refugio fuerte. 8 Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día. 9 No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. 10 Porque mis enemigos han tratado de mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente,  1 1 Diciendo: Dios lo ha dejado: perseguid y tomadle, porque no hay quien le libre. 12 Oh Dios, no te alejes de mí: Dios mío, acude presto á mi socorro. 13 Sean avergonzados, fallezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.
(Salmo 71: 4,13)

Cuando estemos frente a la presencia de algún “escorpión” recordemos que su naturaleza es envenenar, pero también recordemos, que nuestra naturaleza es salvar almas para Cristo.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13)

(p.m.)

Biblia Reina - Valera 1909