Por John D. Barry
Ser seguidor de Jesús es amar a a Dios y al prójimo con
todo lo que tienes, en cada momento,es proclamar la vida eterna que ofrece el
hijo de Dios.
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El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas á los pobres: Me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón;
Para pregonar á los cautivos libertad, Y á los ciegos vista; Para poner en
libertad á los quebrantados:
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Para predicar el año agradable del Señor.
"Ve
y dile a Juan lo que has visto y oído: los ciegos reciben su vista, los cojos
andan, los leprosos se limpian, y los sordos oyen, los muertos resucitan, los
pobres tienen buenas noticias que se les predican" (Lucas 7: 22).
Constantemente aprendemos de Jesús lo que significa
amar completamente a los demás y dar de sí mismo. Oro cada día para
que me enseñe a vivir mejor sus mandamientos y estatutos, que hablan de la fe, la integridad y el amor al prójimo.
Dar incluso cuando no tienes mucho.
Dar es algo que todos debemos practicar. Es una de las formas en que Jesús vence la pobreza
espiritual de nuestros corazones y alivia
la pobreza física de los demás, en el proceso.
13 Mas cuando haces banquete, llama á los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos;
14 Y serás bienaventurado; porque no te pueden retribuir; mas te será recompensado en la resurrección de los justos. Lucas (14,13)
Y la idea de dar es aún más profunda, cuando la practican los pobres.
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Y estando sentado Jesús delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo
echaba dinero en arca: y muchos ricos echaban mucho.
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Y como vino una viuda pobre, echó dos blancas, que son un maravedí.
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Entonces llamando á sus discípulos, les dice: De cierto os digo que esta viuda
pobre echó más que todos los que han echado en el arca:
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Porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo
lo que tenía, todo su alimento.(Marcos 12:43 –44)
La fe es creer en lo que aún está por ser.
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Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos.
3 Por
la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios,
siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía (Hebreos 11:2,3)
La creencia es acción, somos llamados a seguir a Jesús con todo nuestro ser. Y
las consecuencias de hacerlo son increíbles e incomparables.
Justo al comienzo del Evangelio de Marcos, vemos el poder
del llamado de Jesús sobre nuestras vidas:
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Y pasando junto á la mar de Galilea, vió á Simón, y á Andrés su hermano, que
echaban la red en la mar; porque eran pescadores.
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Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.
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Y luego, dejadas sus redes, le siguieron.
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Y pasando de allí un poco más adelante, vió á Jacobo, hijo de Zebedeo, y á Juan
su hermano, también ellos en el navío, que aderezaban las redes.
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Y luego los llamó: y dejando á su padre Zebedeo en el barco con los jornaleros,
fueron en pos de él.
Los primeros seguidores de Jesús literalmente abandonaron
sus medios de vida para seguirlo, se dedicaron por completo a Él. Del mismo
modo, estamos llamados por Jesús, a dar amor a otros, orar e invertir en ellos.
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Y dijo á otro: Sígueme. Y él dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre á
mi padre.
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Y Jesús le dijo: Deja los muertos que entierren á sus muertos; y tú, ve, y
anuncia el reino de Dios.
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Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; mas déjame que me despida
primero de los que están en mi casa.
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Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto para
el reino de Dios.
Para Jesús, anunciar el reino de Dios es una prioridad en el cristiano:
No hay que dudar en el servicio al reino de Dios y no hay que
mirar atrás: se trata de lo que Dios está haciendo aquí y ahora. Se trata de
poner nuestra mano en el arado de la obra de Dios. Si amas a Dios, amas el
reino y al prójimo. Si amas el reino vas a vivir para el reino, como lo hicieron los primeros discípulos
de Jesús.
Jesús nos ha llamado a unirnos a El en su obra, a tener fe y a ofrecer nuestra vida por el Evangelio. El costo
puede ser difícil de soportar o comprender, a veces, pero cuando se pone en perspectiva todo lo que el Señor Jesucristo hace por nosotros, habiéndose entregado a la muerte por nuestros
pecados, la comparación es abismal.
Dios nos ha pedido que demostremos nuestra creencia al traer
buenas noticias a aquellos que se sienten sin esperanza, cambiemos las monedas de este mundo por la moneda del amor, para vivir con
sacrificio en la economía de amor.
Jesús y la empatía
Para aquellos de nosotros que tenemos, es difícil
entender la vida de aquellos que tienen poco. Tenemos problemas para comprender
completamente cómo es la vida al otro lado de la línea de pobreza. Pero estamos
más cerca de entender de lo que podríamos pensar.
Jesús es la persona que nos acerca: es la fuente de nuestra
empatía. Mi pista para esto proviene de pasajes como estos:
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Y aconteció que yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré donde
quiera que fueres.
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Y le dijo Jesús: Las zorras tienen cuevas, y las aves de los cielos nidos; mas
el Hijo del hombre no tiene donde recline la cabeza. (Lucas 9:57,58)
Hay tristeza en esta declaración, pero
también hay esperanza. En mi empatía por Cristo,
estoy aprendiendo a tener aún más empatía por aquellos que están sufriendo. Me
estoy acercando al entendimiento al pensar en la humanidad de Jesús, en la tierra. Tenemos la oportunidad de reconocer cómo Jesús mismo
experimentó el espectro completo del sufrimiento, y luego hacer lo
que hizo Cristo: darnos libremente para el mejoramiento de los demás.
Trad. pmcho
John D. Barry es el CEO y fundador de
la Economía de Jesús, dedicado a crear empleos en iglesias en el mundo en
desarrollo. Debido a la creencia de John de que los negocios también pueden
transformar vidas, la Economía de Jesús también ofrece una tienda de comercio
justo en línea. Actualmente dirige los esfuerzos de la economía de Jesús para
renovar Bihar, India, uno de los lugares más empobrecidos del mundo donde pocos
han escuchado el nombre de Jesús.