11 VESTÍOS DE TODA LA ARMADURA DE DIOS, PARA QUE PODÁIS ESTAR FIRMES CONTRA LAS ASECHANZAS DEL DIABLO. 12 PORQUE NO TENEMOS LUCHA CONTRA SANGRE Y CARNE; SINO CONTRA PRINCIPADOS, CONTRA POTESTADES, CONTRA SEÑORES DEL MUNDO, GOBERNADORES DE ESTAS TINIEBLAS, CONTRA MALICIAS ESPIRITUALES EN LOS AIRES. 13 POR TANTO, TOMAD TODA LA ARMADURA DE DIOS, PARA QUE PODÁIS RESISTIR EN EL DÍA MALO, Y ESTAR FIRMES, HABIENDO ACABADO TODO. Efesios 6:11,13
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10.20.2018
10.19.2018
Hungría expulsa la ideología de género de sus universidades
No hay razones económicas para estudios como éstos",
señala el gobierno, por ser una pseudociencia
Viktor Orbán ha decidido cerrar las puertas de las
universidades húngaras a una de las titulaciones más ideológicas de las
surgidas bajo la influencia del marxismo cultural: los “estudios de género”.
Polonia y Hungría se desmarcan del apoyo de la UE al aborto
y la ideología de género en la ONU
Simone de Beauvoir: la partidaria de la pedofilia que
formuló las bases de la ideología de género
Una fábrica de activistas políticos de izquierdas
Esta titulación sirve en la práctica para formar a
activistas del feminismo de izquierdas y de los grupos de presión LGTB,
situándolos en instituciones públicas, ONGs y medios de comunicación como
auténticos comisarios políticos. La base de estos estudios es la ideología de
género, surgida en las filas marxistas de autoras como Simone de Beauvoir y
Shulamith Firestone.
Esta ideología sostiene que los roles sexuales son una
mera construcción cultural sin ninguna relación con el sexo biológico, y afirma
que la actual división entre sexos responde a un esquema en el que los hombres
son opresores y las mujeres son oprimidas.
Los “estudios de género” se formaron
a partir de esa visión ideológica, a pesar de que carecen de base científica.
Los “estudios de género” sólo tienen 13 alumnos en Hungría
Según apunta The Hungary Journal, hay dos universidades que
imparten estos cursos actualmente en el país: la Eötvös Loránd de Budapest, de
titularidad estatal, y la Universidad Centroeuropea, una universidad privada
fundada por el multimillonario George Soros, conocido financiador de
movimientos izquierdistas en todo el mundo. Esta semana las universidades
húngaras recibieron una propuesta del Ministerio de Capacidades Humanas y del
Ministerio de Justicia para poner fin a los cursos de “estudios de género” en
el país.
“No hay razones económicas para estudios como éstos, por lo que
tenemos motivos para suponer que no se creó en respuesta a las necesidades del
mercado laboral, y tampoco para proporcionar a los estudiantes habilidades que
puedan prepararles directamente para el mercado laboral”, señaló Zoltan Kovacs,
portavoz del Gobierno de Hungría. “También es cuestionable hasta qué punto los
estudios admiten que un número tan bajo de estudiantes es económico y
sostenible”, añadió, a propósito del escaso número de alumnos de esas
titulaciones: actualmente sólo hay once alumnos en la Eötvos Loránd y dos en la
Centroeuropea.
Una ideología que busca destruir las raíces culturales de
Occidente
Según The Hungary Journal, además de las citadas razones
económicas, el Gobierno húngaro viene criticando esos cursos por ser una
ideología, no una ciencia. Algo en lo que tiene toda la razón. La existencia de
títulos oficiales de género es tan absurda como si existiesen títulos oficiales
de marxismo, de socialismo o de anarquismo. Es absurdo que un Estado se dedique
a respaldar títulos académicos creados para promover una ideología concreta, y
para colmo una ideología que está orientada a destruir las raíces culturales de
Occidente.
Recordemos que Firestone proponía acabar “con la distinción
de sexos misma”, afirmando que “el núcleo de la opresión femenina hay que
buscarlo en sus funciones procreadoras y de crianza”. Frente a esto, defendía
el aborto como una forma de liberar a las mujeres de “la tiranía de su biología
reproductiva”, una curiosa “liberación” que pasa por matar y descuartizar a
multitud de inocentes.
A su vez, Beauvoir afirmaba que “toda mujer es homosexual
por naturaleza”, defendió a la URSS como la panacea del feminismo y justificó
el asesinato prenatal como una forma de legítima defensa, además de firmar un
manifiesto en defensa de la pedofilia publicado en el diario izquierdista
francés Libération.
La existencia de una ideología tan aberrante debería ser
motivo de alarma, pero que además sea respaldada por títulos académicos ya es
el colmo del disparate.
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