2 Pedro 2 Biblia Reina-Valera 1960
1 Pero hubo también
falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que
introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que
los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los
cuales el camino de la verdad será blasfemado,
3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras
fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su
perdición no se duerme.
4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino
que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser
reservados al juicio;
5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé,
pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el
mundo de los impíos;
6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de
Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de
vivir impíamente,
7 y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de
los malvados
8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada
día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),
9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y
reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;
10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en
concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío.
Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades
superiores,
11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en
potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.
12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como
animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia
perdición,
13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen
por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas,
quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.
14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de
pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la
codicia, y son hijos de maldición.
15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo
el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,
16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia
de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
17 Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la
tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.
18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con
concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían
huido de los que viven en error.
19 Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de
corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo
venció.
20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las
contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo,
enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor
que el primero.
21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino
de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo
mandamiento que les fue dado.
22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El
perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.