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10.24.2022

En Dios he confiado no temeré

Salmos 56-  Biblia Reina-Valera Antigua

56 Al Músico principal: sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Michtam de David, cuando los Filisteos le prendieron en Gath. 

1 TEN misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre: Me oprime combatiéndome cada día.
2 Apúranme mis enemigos cada día; Porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
3 En el día que temo, Yo en ti confío.
4 En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré Lo que la carne me hiciere.
5 Todos los días me contristan mis negocios; Contra mí son todos sus pensamientos para mal.
6 Reúnense, escóndense, Miran ellos atentamente mis pasos, Esperando mi vida.
7 ¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba en tu furor los pueblos.
8 Mis huídas has tú contado: Pon mis lágrimas en tu redoma: ¿No están ellas en tu libro?
9 Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare: En esto conozco que Dios es por mí.
10 En Dios alabaré su palabra; En Jehová alabaré su palabra.
11 En Dios he confiado: no temeré Lo que me hará el hombre.
12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos: Te tributaré alabanzas.
13 Porque has librado mi vida de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.
 

Los primeros cristianos

 Se mire como se mire, la verdad es que el denominado ateísmo científico recibió un golpe de muerte con la caída del Muro de Berlín; que los antiguos agentes del KGB rinden honores a los patriarcas de la iglesia ortodoxa rusa; que las iglesias evangélicas han seguido creciendo espectacularmente en Hispanoamérica hasta el punto de acercarse al momento en que se convertirán en la religión mayoritaria en quizás todas sus naciones, que el islam se ha convertido en una inquietante presencia en Occidente o que la “agenda globalista” pretende controlar el planeta con un nuevo y pavoroso totalitarismo. Desde luego, si alguien piensa que los fenómenos espirituales han dejado de tener importancia es porque se limita a mirarse el ombligo y ha llegado a la conclusión de que en tan minúsculo lugar se halla el centro del mundo. Así lo veía yo hace más de treinta años y lo sigo viendo ahora…


Extracto del prólogo del libro "Los Primeros Cristianos" del escritor y teólogo César Vidal Manzanares, ya disponible.