“Si ni siquiera reconocemos cuando Dios está hablando, estamos en problemas en el corazón mismo de nuestra relación con Él” Henry Blackaby
Personalmente, nunca he escuchado de Dios de manera audible,
pero he estado seguro de su liderazgo, dirección y provisión en mis más de 30
años de seguirlo. Me ha guiado por temporadas maravillosas y dolorosas. Me ha
dirigido por los caminos que debo seguir. Y me ha recordado fielmente que
incluso cuando está en silencio, todavía está trabajando en todo para mi bien.
Puede ser difícil entender por qué no escuchas a Dios cuando
más lo necesitas. Incluso podrías asumir que a Él no le importa. Si esto te
describe, anímate hoy. Incluso cuando la voz de Dios es difícil de escuchar, se
puede confiar absolutamente en Él para liderar, dirigir y proveer para usted en
cada temporada.
Aquí hay 4 razones por las que no escuchas a Dios cuando más
lo necesitas:
No estás escuchando
¿Alguna vez has estado en una conversación con un niño, solo
para darte cuenta de que se desconectó de la mayor parte de lo que dijiste? ¡Es
difícil mantenerse concentrado cuando otros están hablando (y hablando y
hablando). En estos días, estamos muy distraídos por nuestros teléfonos, redes
sociales y nuestras propias agendas. Luchamos por estar completamente
comprometidos con los que nos rodean y luchamos por mantenernos completamente
comprometidos con Dios.
Si no escuchas a Dios cuando más lo necesitas, es posible
que no estés poniendo atención o escuchando atentamente. Tal vez hayas abierto
la Biblia, solo para descubrir que tu mente estaría divagando en otras cosas.
Quizás has comenzado a orar, solo para ser interrumpido por lo que sucede a tu
alrededor.
Para escuchar intencionalmente a Dios, es importante hacer
un tiempo ininterrumpido para estar a solas con Él y permitirle hablar. Aquí
hay algunas formas de hacer que escuchar a Dios sea una prioridad:
Levántate temprano, antes de que los miembros de tu familia
se despierten.
Crea una sala de oración personal con una puerta que puedas
cerrar.
Siéntate solo en tu coche.
Encuentra un lugar tranquilo en la naturaleza para orar y
adorar.
Una vez que haya hecho tiempo para escuchar y haya
encontrado un lugar tranquilo para reunirse con el Señor, dígales a los
miembros de su familia que no deben ser interrumpidos. Escuchar a Dios es un
asunto serio y debe tratarse como la máxima prioridad. Considere su tiempo con
Él como la cita más importante del día y pronto, estará escuchando todo lo que
Él tiene que decir, justo cuando más lo necesite.
Él no está hablando
Cuando examinamos la vida de Job, el creyente del Antiguo
Testamento que pasó por pruebas inimaginables, vemos un largo período de tiempo
en el que Dios permaneció en silencio. Incluso cuando Job clamó por respuestas
y liberación, el Señor tardó mucho en hablar y actuar. Si bien esto puede
parecer mezquino, debemos recordar quién es Dios. La Biblia nos asegura que Él
es:
Amor
Ligero
Santo
Bueno
Compasivo
Perfecto
Cuando nos enfocamos en los atributos divinos de Dios, nos
consuela. Incluso cuando nos pide que esperemos, es fiel en la espera. Trata de
ver estas temporadas de silencio como un llamado a descansar, confiar y
permanecer en Él. Con el tiempo, hablará con la verdad sobre su situación. Así
como el Señor le ofreció un discurso completo de la verdad a Job al final, así
el Señor hablará en nuestras vidas en Su propio tiempo.
La respuesta ya está dada
Cuando la Biblia dice: “Pide y se te dará; busca y
encontrarás; llamen y se les abrirá” esta es una invitación para que
escudriñemos las Escrituras en busca de las respuestas que Dios ya ha dado.
El Señor es fiel para respondernos cuando más lo necesitamos,
y algunas veces Su respuesta viene en forma de Su palabra escrita. Si estás
buscando sabiduría con respecto a un tema importante, considera buscar
versículos bíblicos clave relacionados con tus necesidades. Lo más probable es
que Dios ya te haya dado una dirección clara y te hable en consecuencia.
Te pide que confíes en él
Confiar en que Dios proveerá es un concepto maravilloso, y
uno que la mayoría de los cristianos quiere vivir. Sin embargo, cuando el Señor
parece silencioso o incluso distante de nuestras circunstancias, nuestra fe no
tarda mucho en ceder. Si la confianza no le resulta fácil, aquí hay algunas
formas de desarrollarla:
Recuerda la fidelidad de Dios:
¿Cómo te ha beneficiado Dios en el pasado? ¿Cómo te ha
abierto un camino? Al recordar la fidelidad de Dios, se asegura de su
provisión. Puedes confiar en Él, incluso cuando no puedes escucharlo.
Lee los testimonios de otros:
Cuando descubras que tu confianza vacila, lee los
testimonios de los demás. Hay historias asombrosas de fe y redención que te
inspirarán y te ayudarán a confiar en que Dios hará todas las cosas para su
bien.
Recuerda sus promesas:
Si no estás seguro de cuáles son las promesas de Dios, busca
en las Escrituras algunas promesas clave a las que puedas aferrarte. Esconde la
Palabra en tu corazón para que, en tiempos de problemas, puedas recordar
fácilmente sus palabras de sabiduría y consuelo.
Habrá momentos en los que no escucharás a Dios, incluso
cuando más lo necesites. Pero esto no significa que Él sea ajeno a sus circunstancias.
En tiempos de silencio, mantente firme en sus promesas, confíe en Su provisión
y dedique más tiempo a escuchar a Dios.
Jennifer Waddle