Turba de islamistas radicales pidiendo la ejecución
Según
publica Ayuda a la Iglesia Necesitada, el joven fue asesinado ferozmente debido a su confesión cristiana por los radicales intolerantes hinduistas.
Estando el joven en su casa, una estampida de fanáticos irrumpió preguntando
por su progenitor, para luego secuestrarlo. Lo maniataron y lo condujeron a una selva para torturarlo hasta la muerte, seguidamente, como siguiendo un ritual pre establecido, lo degollaron y desmembraron su cuerpo. Estudiaba el séptimo curso.
Según informa Ayuda a la Iglesia Necesitada, John Dayal, un
activista de derechos civiles y escritor indio, ha declarado a la organización
inglesa CSW: «Este es el caso más atroz y espantoso de violencia anticristiana
que ha salido a la luz en el silencio forzado del bloqueo del coronavirus. Ha
habido una serie interminable de diversos grados de violencia contra la
comunidad cristiana en varios estados. Lo que es igualmente desagradable y convincente
es la forma en que los políticos locales y una sección de los medios de
comunicación están tratando de borrar o al menos minimizar el secuestro y el
linchamiento del joven creyente. El caso debe ser investigado por la Agencia
Nacional de Investigación, ya que la policía y la administración del estado han
perdido la confianza de la gente».
«El bestial homicidio de Samaru ha tenido lugar apenas un mes
después de que otro cristiano, Kama Sodi, fuese linchado y su casa saqueada en
el mismo pueblo. Sodi quedó inconsciente tras el ataque y fue ingresado con
graves lesiones internas y externas en el BSS Government Hospital de
Malkangiri, donde consiguió reponerse», informa el medio.
«El estado de Odisha ha sido testigo de algunos de los
asesinatos más perversos perpetrados contra la comunidad cristiana de India en
los últimos años. En 1999, el misionero australiano Graham Staines, que atendió
a pacientes con lepra, fue quemado hasta la muerte con sus dos hijos en
Manoharpur, distrito de Keonjhar.
En 2008, la violencia comunitaria dirigida
contra los cristianos en el ditrito de Kandhamal tuvo como resultado de cerca de 100 personas muertas. Alrededor de 56.000 personas fueron desplazadas y unas 300 iglesias y
lugares de culto cristianos, destruidos», concluyen.
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