En medio de estos tiempos, estamos viendo la esencia de
quien es quien. Por ejemplo, vemos un creciente nivel de ansiedad, muchos personas egoístas, comprando y acaparando sin pensar en las
necesidades de otros, exageración en las teorías de conspiración.
Pero también estamos viendo muchas cosas positivas. Los vecinos,
amigos y familiares ayudándose entre sí. Muchos teniendo ahora tiempo para orar
los unos por los otros.
Estamos aprendiendo a darle mayor valor a las cosas
importantes, como la familia, la salud, el amor por el prójimo. Estamos
aprendiendo a depender menos de los demás y a confiar más en Dios. Nos hemos
dado cuenta de que nadie puede con su "cobertura" salvarnos, solo
Dios por medio de su Hijo Jesucristo puede salvarnos.
Demos espacio al altruismo y generosidad, que cuando todo
esto haya pasado y miremos hacia atrás nos sintamos en paz con nuestras
acciones.
Después de esta crisis vamos aprender a ahorrar (y no solo
pensar en el presente, sino también ser disciplinado para ese día malo), a
vivir más tranquilos sin tanto afán, a disfrutar una caminata por el parque, a
visitar a nuestros viejos y darles un beso y un abrazo reconociendo el valor
tan grande que ese acto tiene.
Aprendamos a vivir y a dejar vivir. La vida es muy corta
para complicarnos tanto. Cuando veamos a alguien que hace tiempo no habíamos
visto, no perdamos el tiempo con reclamos, si no disfrutemos esos minutos en
paz.
Y ¿sabes? lo más bello es que Dios nos regalará una nueva
oportunidad para que esta vez vivamos mejor que como lo habíamos hecho antes
del 1 de febrero.
Recibe un fraternal abrazo de tu amigo,
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