Se le acusa de maldecir a dos “compañeros” de Mahoma
Un hombre australiano nacido en Irán ha sido condenado a 500 latigazos y un año de cárcel en Arabia Saudí por un delito de blasfemia, según han informado este miércoles su familia y sus amigos, que han pedido que se anule el castigo.
Mansor Almaribe, sentenciado este martes, había viajado a Arabia Saudí para hacer el peregrinaje a La Meca, pero fue detenido en la ciudad de Medina hace tres semanas. El Gobierno de Australia ha emprendido una labor diplomática para pedir clemencia, mientras que la familia de Almaribe asegura que él no ha hecho nada malo.
Uno de sus cinco hijos, Mohamed, ha declarado a la cadena de televisión ABC que "es una situación muy complicada" y que su padre "se encuentra muy mal de salud". "Tenemos que sacarle de allí antes de que le den los 500 latigazos, eso lo mataría", ha subrayado.
"Está ahí sin motivo. Tan solo nos informaron a través de una carta de que había sido arrestado, pero nadie sabe nada de él, simplemente lo cogieron y lo encarcelaron sin razón, no hay cargos en su contra", ha explicado.
Mohamed ha precisado que Mansor Almaribe tiene "problemas discales en la espalda y el cuello", además de "problemas auditivos y de corazón y diabetes", de manera que "ni siquiera sobreviviría a 50" latigazos.
Sharman Stone, miembro de la Cámara de Representantes australiana, también está siguiendo este caso. "Por lo visto, lo oyeron maldiciendo a dos compañeros del profeta Mahoma. Al parecer, lo presenció al menos una persona, que después denunció al señor Almaribe", ha indicado.
En el Islam, los compañeros o 'sahaba' son aquellos que vieron o escucharon al profeta Mahoma siendo musulmanes y muriendo como musulmanes. Se estima que más de 110.000 personas son consideradas compañeras de Mahoma.
NO TUVO ABOGADO
Stone ha dicho que Almaribe ha recibido ayuda pero en el tribunal no tenía un abogado que lo representase porque "era un gasto que la familia no se podía permitir". "El señor Almaribe ha decidido que no va a recurrir la sentencia porque (...) le han avisado de que podría recibir una sentencia aún más dura", ha agregado.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores australiano ha expresado en un comunicado la preocupación del Gobierno por el bienestar de Almaribe y ha señalado que el ministro, Kevin Rudd, mantiene el contacto con el embajador australiano en Arabia Saudí, quien va a pedir clemencia a las autoridades de este país.
La organización Amnistía Internacional (AI) ha dicho que no se sabe con certeza cómo se lleva a la práctica la sentencia de los latigazos. "Muchos de estos castigos se imponen en secreto, así que solo podemos tener pruebas de casos concretos en los que alguien ha sido flagelado, pero en esos casos probablemente no han sido 500 latigazos", ha explicado Katie Wood, una portavoz de AI.
"Las víctimas cuentan que tenían tantas magulladuras y sangraban tanto que no pudieron sentarse, dormir o moverse durante tres o cuatro días", ha detallado.
Wood ha recordado que Arabia Saudí firmó la convención internacional que "prohíbe este tipo de trato cruel, inhumano y degradante", de manera que está "incumpliendo el Derecho Internacional".
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