Quaker en la voluntad de Dios
Un ejemplo digno de imitar:
El padre de Henry Crowell murió de tuberculosis cuando él
tenía 9 años de edad y eso fue devastador. Por eso se lleno de temor al
contraer la misma enfermedad a los diecisiete años. Parecía estar muriendo,
cuando lo invitaron a una cruzada evangelística de D.L. Moody en Cleveland,
Ohio.
Al escuchar la conocida frase de Moody: “El mundo todavía no
ha visto lo que Dios puede hacer con un hombre completamente consagrado a Él”.
Crowell decidió convertirse en un hombre de Dios.
Al orar esa noche, él pensó: “Yo puedo hacer suficiente
dinero como para sostener a varios hombres como Moody”, y esa noche oro así:
“Señor, si tienes a bien darme sanidad, yo usaré todas mis habilidades para
hacer mucho dinero y sostener tu obra.
Al orar esa noche, él pensó: “Yo puedo hacer suficiente
dinero como para sostener a varios hombres como Moody”, y esa noche oro así:
“Señor, si tienes a bien darme sanidad, yo usaré todas mis habilidades para
hacer mucho dinero y sostener tu obra.
Algunos meses más tarde, Henry sintió que Dios le concedía
su oración y fue sano de su enfermedad..
Al año ya estaba invirtiendo los bienes de su familia, y
pronto les compró una estancia con un molino a unos cuáqueros,(un grupo de
cristianos, pacifistas, con costumbres severas y fuerte exaltación religiosa,
que por aquel momento eran respetados por su santidad. Pensó que eso sería una
linda marca para su empresa.
Así comenzó la compañía Quaker, hoy una de las empresas de
avena, cereales, pastas y galletas más reconocidas y respetadas del mundo.
En los siguientes años, Henry destinó entre el 60% y el 70% de
sus ingresos a la obra del Señor.
El Instituto Bíblico Moody, de la ciudad de Chicago, nació
gracias al dinero que Crowell estaba donando. Las primeras imprentas cristianas
en los Estados Unidos fueron iniciativa de él y las primeras cadenas radiales
cristianas en el mundo y hasta el dia de hoy sigue bendiciendo a miles.
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